Era una noche tormentosa, John tocaba su guitarra eléctrica sobre el piso de su departamento.
Días antes un terrible incendio acabó con su último show; entre golpes de cadenas volteó una de las antorchas que estaba al costado del escenario.
Miró fijo al baterista que se consumía entre gritos lacerantes. Todos sus compañeros quedaron envueltos en llamas.Todos los miembros de su banda perecieron en segundos.
Ahora no tenía que compartir más ganancias, después de todo las canciones eran de él, la música era de él, la puesta en escena era de él;
Por fin se había librado de esos viejos vagos.
De pronto, en la quietud de una madrugada de Diciembre, un misterioso sobre con un mensaje de su tía Nancy llegó por debajo de la puerta; leyó el correo, se enteró que su abuelo Abelardo había muerto y que le dejaba su mansión en California junto con una extraña llave.
Días después, el guitarrista ya estaba en la vieja casa que había heredado.
No era una mansión más, era una telaraña de macabras historias secretas.
Un buitre lo esperaba con sus satánicos graznidos terroríficos sobre la mesa; el ave le clavó la mirada y voló hacia una escalera.
John lo siguió y se encontró con una luz roja que llevaban al sótano.
Bajó y allí había un olor desagradable que llegaba desde el techo; un esqueleto se balanceaba por el viento entre cientos de probetas, cables, electrodos y extraños líquidos, que su abuelo usaba para sus experimentos.
En el piso las hojas de viejos libros de magia negra golpeaban contra el suelo. De golpe, unas extrañas sombras seguían sus pasos. Unas voces roncas. Un pedazo de pared que se desprende. John no tenía miedo a nada.
Tomó un martillo y no paró hasta derribar el viejo muro.
Unos pájaros volaron sobre su cabeza entre polvo, ratas y gusanos.
Allí yacía el cadáver de una mujer descuartizada con un hacha, llena de sangre seca y una cruz invertida hecha con gotas de cera, que aún desprendía una de las velas encendidas. Era el cadáver de su tía Nancy.
Feliz de no tener que repartir la herencia, se acercó; el viento pegó en un candelabro. Sombras del más allá lo rodearon, los sonidos de su banda volvieron a sonar. Una ráfaga de fuego le quemó hasta las venas, mientras el show continuaba en la mansión.
¿ Quieres tú ser el próximo heredero de Jhon?
Te estamos esperando...