Estaba llegando a casa, veía desde fuera, que me había dejado la luz de la habitación encendida, vaya despiste….
Al entrar, hacia frio, raro porque estaba todo cerrado, al llegar a la habitación, la luz estaba apagada, no comprendía que estaba pasando, pero no le di importancia, sería la luz de la farola, que reflejaba, me mentía a mí mismo. Algo no iba bien, pero que podía ser, yo estaba cansado, todo el día fuera trabajando, me estaba pasando factura. Decidí darme una ducha, cuando estaba dentro, alguien llamo a la puerta, cogí la toalla, corriendo, abrí la puerta, pero no había nadie, será algún gracioso, me dije cabreado, al entrar en la ducha, otra vez, sonó el timbre, fui a abrir, y efectivamente, no había nadie, esta vez, mire al suelo, había una nota: ¿ me dejas pasar?...
Pensé que era una broma de mi novia, asique grité a los cuatro vientos, si cariño, puedes pasar.
No pasó nada, fui al baño a terminar la ducha, y de repente, sonó un mensaje de móvil, un número privado, que decía: ya estoy dentro,
En ese momento la luz de la casa se fue, todo se quedó oscuro, me empezaron a temblar las piernas, fui corriendo a los fusibles, a ver que había podido pasar, al llegar, vi que la puerta del contador estaba abierta, decidí subirlos de nuevo y dar la luz, al encenderla, todo parecía estar igual, todo salvo una cosa, la luz de mi habitación estaba parpadeando, lo veía desde debajo de la puerta, pues esta estaba cerrada, abrí la puerta, y vi algo que me erizo el bello, no podía creerlo, unas manchas en la pared, de algo rojo, parecía sangre, NO SALDRAS VIVO DE AQUÍ, ponía justo encima de la cama, cogí un cuchillo de la cocina, una linterna, busque por toda la casa, no había nadie, que estaba pasando, pensé en irme, pero era mi casa, me tomarían por loco, volví a la habitación, las letras habían desaparecido, me estaría volviendo loco, decidí acostarme y dormir, a eso de las tres de la mañana, una llamada al móvil, me desperté asustado por el ruido, había olvidado por un segundo, todo lo que había pasado la noche anterior, cogí el móvil, y solo escuchaba una respiración, asique colgué, pero el móvil siguió sonando, esta vez, otro mensaje, no te duermas, y mira debajo de la cama….
Tenía que ver que estaba pasando, lloraba de miedo, me agaché sin salir de la cama, ahí estaba, un hombre con la cara desencajada, sonreía, yo estaba paralizado.
-¿Quién eres, qué quieres, por qué me haces esto?
Y el tan solo dijo,
-¿Te acuerdas de la ouija que hiciste? Pues bien aquí estoy……
Al día siguiente encontraron el cuerpo de Pablo, como si durmiera en la cama, parece que le había dado un infarto mientras soñaba, pero algo no encajaba, su cara mostraba un terror inusual, la boca abierta, como si hubiese visto un fantasma….